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Una llamada telefónica (fragmento)
Sus amigos notaron que Escarlek se puso nervioso. Torpemente contestaba el teléfono, bajando mucho la voz y evitando las miradas. Enseguida fue a su mochila por pluma y cuaderno Las manos le temblaron al escribir. Pronto colgó el teléfono y, sin decir quién había hablado, fue a encerrarse a su recámara. Se cambió de ropa, por la de uso común. Dejó a un lado los zapatos y se puso los tenis, aún húmedos.
--¿Libris-Bibliot, te puedo encargar a Lápiz y a Waltercito? Debo ir a… arreglar un asunto. Es un trabajo pesado y no puedo llevarlos conmigo.
--D-de acuerdo. ¿Por qué tanta prisa?
--Hermano, ni siquiera has comido –Aidil se interpuso a la puerta.
--Comeré fuera. –Se hechó al hombro su mochila y sacó dinero de sus pocos ahorros.- No se cuánto me tarde; Bibliot vigila a mis hermanitos. Amigos nos vemos mañana en la escuela. –Salió de casa a todo vapor, haciendo a un lado su hermana. A todos les preocupó algo. Para Iris era extraño que él no llevara su material de trabajo y que tuviese tanta prisa a pesar de su estado delicado. Chicle y Cereza lo vieron alejarse, mirando desde la ventana, en el segundo piso.
